Es de sobra conocido que Pablo y Jorge tienden a sacudirme en las más diversas situaciones, circunstancias y lugares. Me pegaron en la tele, en Europa, en Asia, en medio del Bósforo, en la biblioteca, mientras me escandalizo, mientras como...
Interpreto esto como una muestra de cariño y no me lo tomo a mal. Si no, haría tiempo que hubiesen perdido un amigo.
Pero hoy, han tenido una idea, y a mi me pareció bien. Querían pegarme después de muerto. No por "meterse" conmigo, sino como una solemne muestra de respeto en mi funeral. Durante la cena de ayer, Pablo, Jorge y yo firmamos el siguiente contrado, recogido en mi "Diario de Nacho":
Espero que lo cumplan
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