viernes, 2 de enero de 2009

Joseph Haydn - Sinfonía nº 45. Los Adioses

En 1772, Haydn y la orquesta de la corte se encontraban en el palacio de verano del príncipe Nikolaus Esterházy. Entre los músicos reinaba cierto malestar, ya que la estancia se estaba prolongando demasiado y estaban ansiosos por regresar a su casa en Eisenstadt. Sin embargo, el príncipe no parecía hacer caso de los ruegos de la orquesta.

Haydn decidió tomar cartas en el asunto y escribió el último movimiento de la sinfonía nº 45 haciendo que cada cierto tiempo, uno de los músicos terminase su partitura. Así, cada uno soplaría la vela de su atril y se marcharía con su instrumento sin decir nada. Al terminar el adagio, sólo quedaban dos violines tocando en una sala vacía y oscura.

El príncipe debío de entender el mensaje, ya que al día siguiente se encontraban todos camino a Eisenstadt.